Nunca me he querido presentar como poeta, a pesar de que durante años tuve una intensa actividad poética y hasta se me incluye en la antología de poetas contemporáneos editada por la Junta de Comunidades ("Mar Interior"-2002) y hasta formo parte del Diccionario Literario de Castilla-La Mancha que elaboró Paco Gómez-Porro ("La Tierra Iluminada"-2003) y que editó la propia Junta también. No me siento poeta, aunque alguna vez lo fui.
Cuento esto porque hoy he conocido al daimieleño Luis Illescas y me ha hecho recordar que muchas personas, como yo entonces, como ahora él, como tanta gente, llegamos a la poesía de parecida forma, encontrando la poesía, también la prosa, como una forma de dar expresión a lo que vivimos, sentimos o recordamos. Llegamos por esa búsqueda introspectiva que nos arroja a las palabras, los ritmos, los versos intentando descifrarnos y construir desde la poesía el valor de nuestras vivencias, sentimientos y sensaciones.
Luis ha llegado a mi como yo llegaba en mis primeros años de poesía, con mi carpeta de poemas, la ilusión contenida y la necesidad de consejo y orientación, porque los primeros pasos son siempre complicados, dubitativos e imprecisos. Pero no lo olvidemos, son nuestros propios pasos, y ese ya es un valor por sí mismo porque el hecho de enfrentarse a un folio en blanco, con una idea por expresar y la búsqueda de un lenguaje propio para darle cuerpo ya tiene un mérito especial.
Me ha resultado extraño ser yo quien tuviera, ahora, que ofrecerle algunos consejos, pues siempre fui más abierto a recibirlos que a darlos, sobre todo porque creo que el universo personal ha de fluir con naturalidad, dejarse llevar más por la intuición y, sobre todo, buscar esa íntima satisfacción que te depara la escritura. Mi consejo, por supuesto, va en ese camino, que no se deje encorsetar por la métrica y se entregue al ritmo, al suyo propio, que se deje llevar hasta encontrar ese ritmo que facilitará mucho su escritura.
Yo, que escribo poesía muy de cuando en cuando, sin ningún deseo de hacerla pública, y que me prodigo en sonetillos satíricos solo por entretenerme, admiro a las personas que encuentran en la poesía un espacio de confort, de ilusión, de satisfacción personal, gente que como Luis se encamina entre las palabras y quiere expresar cosas. No soy yo quien quiere interferir, prefiero que camine desde la intuición y el placer por escribir, que lea mucho, que goce con cada proceso de creación. Yo fui muy feliz haciéndolo y aún, cuando releo lo escrito, me siento bien con toda aquella obra que produje porque ahí estoy yo, como era entonces, y aún me reconozco en aquellos crípticos poemas que seguramente solo unos pocos, como yo, sabemos descifrar. Solo espero que Luis Illescas Herrera sienta lo mismo cada vez que de sus manos nazcan unos versos.
Un saludo, Luis. Confía en ti.
*
Tu eres un buen poeta,
ResponderEliminarGracias! has tenido ocasión de escuchar algunos de mis poemas.?
Eliminarsimplemente amigo cuando la poesía se encuentra brota el arte, la cultura y la historia viva. Gracias. Un saludo
ResponderEliminar