La gente de mi edad, también la mayor y algunas de las generaciones más jóvenes, seguro que se acuerdan de que, en Daimiel, existió aquello que llamábamos, exageradamente, la "Mini-Feria" y que no era otra cosa que los coches de choque y alguna caseta de tiro que se instalaban en el paseo central del Parque del Carmen entre los meses de mayo y junio, supongo que en ausencia de ferias en las que instalarse.
Lo importante, en sí, no era la Mini-Feria, aunque también acudíamos a montar en los coches eléctricos tirando de ahorro o con las fichas que a una amiga nuestra le daba su padre a cuenta de trabajar en el Ayuntamiento, sino que terminaba siendo un lugar de encuentro habitual, un espacio que la chavalería hacíamos nuestro en ese inicio de pandillas, escarceos amorosos y vitalidad preadolescente. Era como un imán y el Parque del Carmen bullía de acné aquellas tardes al salir de clase.
Recuerdo, aunque no he encontrado fotos, que estuvieron viniendo bastantes años y era la misma atracción que luego instalaban en feria junto a la primera edificación del Instituto, al fondo del Parque del Carmen, donde hoy se sitúa la fuente.
Allí, además de esa diversión de esquivar los golpes y chocar impulsivamente a los demás tenías, también, la música del momento y un lugar ideal para estar con los amigos. Después, cuando se marchaban, volvíamos a conquistar el Parterre, nuestro sitio habitual, esperando que al año siguiente aquella Mini-Feria regresase.
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yo si lo recuerdo
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