Después de leer los muchos comentarios en torno a los resultados lo único que siento es pena porque a estas alturas solo parece importar la soberbia de los ganadores y el mal perder de los perdedores. Es decir, concebir los resultados como algo que beneficia a una parte de la población para que otra se sienta jodida. Luego dirán, claro, los ganadores de esta ocasión como los que ganaron en otro momento, que gobernarán para todos, una mentira naturalizada como cotidiana e intrascendente, pero que resulta el mayor problema de todos puesto que los intereses generales quedan siempre a expensas de intereses particulares de quienes ganan.
La realidad de las personas es que carecen de trabajo por millones, que las condiciones laborales han ido perdiendo calidad, que las pensiones de muchos españoles no dan ni para lo imprescindible, que hay gente que se queda sin vivienda y debiendo el alma, que hay gente que se queda sin poder estudiar por la reducción de becas... A la mayoría de ellos les importa una mierda quien gobierne si nada va a cambiar, lo que quiere es que quienes tengan la capacidad de decidir decidan para que esos problemas se vayan minimizando, sean del color que sea.
Pañoladas azules, rojas, moradas o anaranjadas solo parecen querer patrimonializar el poder para ellos y esto es lo verdaderamente triste de unas elecciones, temer que nuevamente les interese el poder y no lo que hacer con él para resolver los problemas del país y de la mayoría de ciudadanos. No apreciar intención de acuerdos, de pactos, de consensos, solo peleas por sillones, por cuotas de poder para mantener la arquitectura del partido bien arraigada en la mamandurria, y ponga el color que les dé la real de las ganas.
No hay calidad, ni clase, ni altura de miras. Tras las guerras de cifras solo está el problema de muchos en el día a día. Da igual quién pretenda llevar razón en los merecimientos, quién se arrogue la superioridad moral, porque lo cierto es que nada de eso soluciona y solo se pretende vampirizar el poder para cada partido y dejar a la ciudadanía al albur.
No demos títulos de demócratas, demos trabajo y soluciones.
A ver qué tal dormimos hoy con "olor Daimiel"...menuda peste!!!!!
ResponderEliminar23:35 horas: el OLOR DAIMIEL acaba de aparecer.
ResponderEliminar“En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza."
ResponderEliminarEn España lo que no se lleva es hacer autocrítica. Lo que no se lleva es intentar analizar dentro de las posibilidades de cada uno en que se ha fallado para no alcanzar los objetivos. Lo que se lleva en España es apuntar siempre al exterior para justificar los fracasos propios, haciendo incluso descalificaciones personales muy duras hacia aquellos que no piensan como uno. Eso es, España. En mi vida he visto y leído tanta intolerancia y tanta dureza como la que proviene de los seguidores de los denominados "gobiernos del cambio"
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