Veinticinco años son, para todos los actuales alumnos, mucho más que toda una vida. Quizá con el tiempo sepan de verdad lo que durante este curso se estaba celebrando, un cuarto de siglo acogiendo en sus aulas a cientos de niños y niñas, algunos de ellos sus propios padres, dándoles una formación pero, a la par, imprimiendo valores que terminan perdurando en su manera de ver, de afrontar la vida. Porque el colegio es eso también, un lugar de encuentro, una escuela de vida, un espacio para crecer como personas, y por eso solemos volver la vista a lo que fuimos casi siempre vinculados a nuestros recuerdos escolares.
Hoy, 20 de mayo, el colegio Albuera celebraba el acto institucional para conmemorar estos veinticinco años. Se había convocado a autoridades provinciales y locales, a representantes de la Inspección, a los directores de los otros colegios de la localidad y, claro, a algunos de los antiguos alumnos y profesores que pasamos por sus aulas y que llevamos con nosotros la alegría y satisfacción de ser parte de su pequeña pero gran historia.
Y allí estábamos, en esa mezcolanza generacional que no es sino la riqueza de este centro educativo que pasa por ser el más joven de Daimiel y que sigue lleno de vitalidad y con ganas de seguir transmitiéndola en un espacio cargado también de futuro.
Me ha dado por pensar que el colegio Albuera, quizá de forma más notable que en otros casos, ha sido particularmente importante para sus vecinos porque, al contrario que en muchas ocasiones, el barrio fue creciendo alrededor del colegio, pues al construirlo casi nada había en su entorno, y de alguna manera fue éste dinamizador de la vida que se iba arracimando a su alrededor y que todavía crece joven y pujante. Y por eso, a pesar de estar un solo curso allí, me siento tan vinculado a quienes haciendo mi estancia muy feliz también supieron transmitirme esa valor y carácter que siempre impulsó la vida del centro.
En el acto institucional estaban compañeros de aquella experiencia mía, pero también alumnos y Chari, la conserje que siempre es algo más para todos los que por allí hemos ido pasando. Y siendo sencillo nos ha reencontrado con el propio espíritu que siempre ha sabido impulsar el colegio "Albuera" y que nos ha hecho estar muy cómodos celebrando este aniversario.
Por cierto, excelente la canción (letra, música y ejecución) compuesta para celebrar estos veinticinco años y muy de agradecer que nuestros rostros, nuestros nombres, formen ya parte del propio edificio a través de la lona conmemorativa y el vinilo que, de algún modo, nos tiene presentes para ese futuro que queda por delante, aunque sé que siempre nos tuvisteis en cuenta.
¡Felicidades!, ¡enhorabuena a toda la comunidad educativa del colegio Albuera!, ¡nos vemos en otros veinticinco años y entre tanto todas las veces que queráis! ¡Un abrazo!
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Felicidades a la familia educativa del CEIP Albuera y a todo el que haya formado parte de ella a lo largo de estos 25 años.
ResponderEliminarFelicidades y que sigamos apoyando la educación como se merece.
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