El Partido Popular siempre ha alegado que quizá les faltara saber comunicar sus logros, transmitir a la ciudadanía lo que han ido consiguiendo, y siempre lo han planteado como el mayor de los problemas, aunque para mí esa percepción es demasiado optimista pues, entiendo, que hay muchas más cosas que lastran su acción de gobierno allende la comunicación, aunque esto sea un verdadero problema no solo para el PP sino para el resto también.
Pero partiendo de ese diagnóstico del propio partido sin duda puede afirmarse que el peor de todos los comunicadores es, sin duda, su propio líder Mariano Rajoy, un hombre absolutamente negado para transmitir, para hacer llegar mensajes de calado. Carece de carisma, de atractivo, de seducción, de ángel, lo que no impediría que alguien pudiera ser eficaz, competente, buen gestor político, pero desde luego encontraría mucha dificultad en ser contemplado así merced a la torpeza de su discurso, la escasa empatía que transmite y ese porte distante, envarado, esquivo, que suele mostrar públicamente. Una grisura que se impone a todo mérito y que prefiere circular por el galleguismo, la finta y la lejanía.
¿Acaso debe ser un líder carismático? No tiene por qué si eso le convirtiera en un encantador de serpientes, pero en personajes públicos esa capacidad de llegar, de transmitir, de comunicar hace ganar muchos enteros a la hora de querer hacer calar sus ideas y planteamientos.
Por cierto, hoy circulaba este vídeo de Rajoy en el Club de la Comedia que no deja de ser una caricatura paradigmática, a mi parecer:
Sin embargo, como indicaba en el título, hay muchas más cosas que la simple comunicación de los aciertos, y uno de los errores o carencias de mayor peso no es no lograr vender bien lo que se hace bien sino ser incapaces de hacer olvidar lo que no se hace, y aquí cabría señalar la incompetencia real para tomar medidas reales contra la corrupción, mostrar la beligerancia necesaria contra los corruptos propios, cambiar ese concepto de los políticos "profesionalizados" y eternizantes en el panorama político, luchar contra el inenarrable insulto que suponen las puertas giratorias, los premios con cargos a costa del contribuyente,etc, etc..., y que es el pan nuestro de cada día en el mundo de los partidos que ostentan poder pero que es algo que los ciudadanos ya aborrecen, condenan y les termina por alejar de los falsos mensajes que se les dirige sobre regeneración porque no pueden seguirles dando crédito.
En la última encuesta del CIS sorprendía que los nuevos alcaldes, estos que no provenían de los grandes partidos (Carmena, Colau, Ribó), aparecieran con una valoración muy superior (Esperanza Aguirre, Trias, Barberá) cuando prácticamente no habían comenzado a gobernar y no les acreditaba su gestión. ¿Tan difícil es entender que los ciudadanos abominen de los viejos modos, de las viejas caras, de todo lo que representaban alrededor de casos de corrupción y escándalos, y que esas valoraciones vienen dadas porque esta gente, independientemente de lo que luego hagan, no llevan a las espaldas todo ese lastre lamentable?
Ya digo, no se trata solo de saber o no comunicar, es que tampoco son capaces de tomar las medidas reales y eficaces para evitar todo aquello que está destruyendo, con razón, la imagen de los sempiternos políticos agarrados al cargo público o promocionados desde él a puestos en los consejos de administración de los lobbys, porque no logran hacer creer a los ciudadanos que persiguen la corrupción sino que les dan cobijo, porque no logran convencer a los votantes de que quieren acabar con todos esos manejos sino perpetuarse en ellos. Ese es el problema, lo que no hacen ni quieren hacer, y eso siempre les va a quitar más, en el actual estado del país, que las bondades y logros económicos que quieran contarnos sin que llegue realmente al ciudadano de a pie tanto optimismo.
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No es que no sepa hablar, es que a un tío que se cree que la lluvia es un acto mágico no tendrían inconveniente votarlo 3 millones de personas. Además que él no es el único que no da para mucho, si su equipo de asesores no pudo prevenir el argumento del periodista de la COPE es que tampoco valen. ¿Y la europea?
ResponderEliminarAhí está el tema, es que si él no no lleva escrito -y entiende su letra al leerlo- o estudiado en su intervención, no sabe qué decir. Quizás, como en la entrevista de Alsina, recurrir al florido despeje de "estar entrando en disquisiciones que no llevan a parte alguna".
EliminarO como viene siendo habitual, tirar de topicazos y perogrulladas para llamar "al pan pan, y al vino vino", y "que viva el ídem". Hablar de "cosas como dios manda", de las cuales "la segunda ya tal, y en relación a la primera...", "está lloviendo...lloviendo mucho". Ya sabemos que "is very difficult todo esto", porque aunque a Rajoy le guste Cataluña, "y los catalanes...[] porque son emprendedores, hacen cosas", le atizan un guión de una frase transcrito fonéticamente en catalán y poco le falta para que se le dispare el tic del ojo izquierdo ese de cuando miente.
Rajoy es un personaje de chiste de Gila comandando una panda de frikis que ni la familia Monster, un mal bufón que haría gracia si no fuera porque ejerce el "ordeno y mando" gonadal sobre nuestras vidas y a fe que nos va a machacar hasta el último día de su mandato. Si no fuera por eso, sería un magnífico colaborador para El Club de la Comedia o Barrio Sésamo.
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