Lo siento, quizá no guste lo que voy a decir, pero a veces me sulfura la cobertura que le dan los medios a las visitas de algunos artistas o la de equipos de élite para enfrentarse a clubes de Segunda B o Tercera División, y no tanto porque no puedan merecer la atención de esos medios sino porque al hacerlo, y en la forma en que lo hacen, uno advierte algunas de las cosas que no quiere ver y que deberíamos tener superadas.
Hoy mismo veía el despliegue informativo en varias cadenas con la visita de Justin Bieber, su mala cara, sus bostezos, su espantada, pero sobre todo la ceremonia de los fans, que desde la distancia de la madurez es difícil comprender. Pero no voy a tratar de esto sino de que, como constatan los propios medios, los cientos, incluso miles, de chicas y chicos hacían guardia desde primeras horas de la mañana en el que se creía hotel de alojamiento y en los lugares donde se suponía su presencia. Será deformación profesional pero la gran mayoría de estos fans, a esa hora, deberían estar en clase, pero como hemos creado esos modelos sociales que desprecian la formación y ensalzan como modelos a cantantes, artistas o futbolistas, todo bien adobado de márketing, pues resulta evidente que no duden en plantarse doce horas de pie frente a un hotel por donde pasará, o no, la estrella a la que, seamos sincero, le conviene pero importa poco ese coro de chillonas voces, llantos y desmayos. Y aún me sorprende más ver como madres y padres acompañan a muchos de sus lebreles en el griterío y dando por estupendo que se hayan chupado las clases para ver tres segundos al ídolo de sus criaturas.
Pero de igual manera veo entrevistas a menores que han estado horas para sacar la entrada del Villanovense-Barça descafeinado, sin ir por supuesto a clase, y que los medios gustan de sacar como manifestación de hasta dónde llega la pasión por ver en esa ciudad al equipo culé y sin percatarse de que están estimulando, de nuevo, modelos que no son edificantes. O, como también suele ser habitual, sacar al más listo del lugar diciendo a voz en grito el recurrente "¡le vamos a echar cojones, tenemos más güevos que nadie para ganarle al Barça!" y cambien el partido y el nombre de los equipos y verán la propensión periodística a sacar casi siempre a algún gurrupato incapaz de decir una frase más compleja.
Lo dicho, no sé si será deformación profesional, pero con más medios vamos hacia peor, patrocinando fanatismos, exacerbaciones, idolatrías vanas, gritos, lloros, papanatismos múltiples, arrinconando el conocimiento, la educación, la formación como objetos de menor atención u objetivos desechables.
Cuando los veos solo pienso, así, con todas sus faltas, que gritasen "¡Abajo la heducación!" antes de escuchar, seguidamente, "¡Biba la hestupidez...con dos cojones!"
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En e tos tiempos se exigen muchas inversiones costosas para la educación, pero los medios existentes, son mal aprovechados; por eso hay tantos incultos, y mal educados.
ResponderEliminarhttp://cadenaser.com/ser/2015/10/29/sociedad/1446132826_924183.html
ResponderEliminar¿Cuántos españoles aprobarían este test de españolidad?
Yo soy español y lo acabo de aprobar. Solo un fallo.
EliminarYo escribiría ;A bajo la educación con B.
ResponderEliminarPor favor el comentario anterior si lo publicas que sea anonimo, gracias
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