LA MOCIÓN DE IZQUIERDA UNIDA Y UNA POSIBLE PROPUESTA (Página nº 2717)

La moción de IU podía haber sido la de cualquier grupo político en cualquier ayuntamiento básicamente porque todos apostarían porque sus accesos estuvieran lo mejor posible y el embellecimiento, hecho con buen gusto, mejoraría sustancialmente la imagen general de la localidad. 

Yo recuerdo que hace muchos años viajé por La Vera cacereña y al pasar por Losar de la Vera me llamó mucho la atención la decoración artística de los setos en la calle principal. Aquella iniciativa, fruto de la habilidad de un jardinero, pronto se convirtió en el principal reclamo turístico de este pueblo y mucha gente se acercaba a contemplar aquellos setos ornamentales llenos de originales figuras que hoy han aumentado en número y variedad: 

O también, por poner un ejemplo, Mejorada del Campo tiene en la locura constructiva de Justo Gallego y su catedral un atractivo singular que suma visitantes y atrae a la ciudad a muchos curiosos:

No digo nada del Cristo de Borja y la riada de personas llegadas para ver, en directo y pagando, ese Ecce Homo singular producto de un disparate:

A veces, sin buscarlo, una peculiaridad o un rasgo de singularidad puede convertirse en un elemento atractivo, de esos que quedan en la memoria y pasan de boca en boca, capaz de movilizar a cientos, miles de personas, que no irán solo por eso pero que añadirá valor a la visita. Y puede que el trabajo peculiar de Terriza, al que podrían sumarse otros artistas, sabiendo canalizar la iniciativa, podría terminar por ser un añadido estimulante al turismo daimieleño, con algunas de las ideas que expusieron en la moción o, recordando lo sucedido en el pueblo de Genalguacil, donde cada año se convoca un concurso de ideas y proyectos para añadir a sus calles que lo ha convertido en un pueblo-museo que atrae muchos turistas y que ha llamado la atención de medios como el New York Times:

Por proponer puede que estuviera bien que, al estilo del Certamen de Pintura Rápida, el empresariado daimieleño y el Ayuntamiento patrocinaran un concurso de proyectos, entre los cuales cada año se seleccionaran unos cuantos para ejecutarse no solo sobre tinajas, o sí, pensados para embellecer esos accesos a lugares emblemáticos y pensados para Daimiel, de modo que a lo largo de unos cuantos años se consiguiera el objetivo real no solo de embellecer sino de dotar de personalidad propia a nuestra ciudad y conferirle una singularidad que además de comunicar los espacios emblemáticos hiciera, como dijo Galo, una experiencia única el desplazamiento entre ellos. Lo digo solo por lanzar una idea de patrocinio y colaboración que se prolongara en el tiempo e hiciera más fácil financiar ese deseo de mejorar la imagen urbana (incluyo las iglesias para que no se me achaque anticlericalismo galiano) pero también los caminos y carreterines que acercasen a los visitantes a emblemas como Las Tablas, la Motilla, el proyecto de Navaseca o los más complicados de La venta de Borondo, los molinos hidraúlicos o la recuperación de la ribera de los ríos.

Creo que solo creyendo de verdad en las posibilidades de hacer más atractivo Daimiel para los forasteros, pero también para los propios daimieleños, se pueden conseguir objetivos que a veces asoman como inalcanzables. Y esto requiere creer, facilitar las iniciativas, dar valor a lo que se vaya consiguiendo y saber conseguir que quienes nos visiten queden con las ganas de recomendar unos días junto a nosotros. Y como esto es bueno para Daimiel es esperable que acojan ideas, escuchen y pongan en marcha aquello que sirva para lograr lo ambicionado.

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