La viñeta es de Manel Fontdevila y enuncia el "Teorema de Política General":
Y vamos al ejemplo práctico:
Anteayer escuchaba al presidente del PP andaluz escandalizarse por la larga lista de dirigentes del PSOE que la jueza Alaya ha imputado tras concluir la instrucción del caso de los EREs y que parece alcanzar a los dos anteriores presidentes de la Junta de Andalucía. No es que me parezca mal que se escandalice por semejantes indicios y pruebas de corrupción sino que su mirada crítica sea unidireccional y nada quiera ver, saber, comentar, de las propias corrupciones de su partido que suma largas listas de imputados en, pongamos, la Comunidad Valenciana.
No hace tanto el secretario general del PSOE valenciano, Ximo Puig, se escandalizaba por la cantidad de dirigentes del PP de esa comunidad condenados algunos, procesados otros, imputados muchos y en vías otros muchos. No es que me pareciera mal que se escandalizara por semejante cantidad de corruptos contrastados y presuntos corruptos por juzgar sobre los que pesan indicios y pruebas, lo que me molesta es su mirada crítica unidireccional que hace que nada quiera ver, saber, comentar, de las propias corrupciones de su partido en Andalucía donde también existe una larguísima lista de procesados e imputados y algunos condenados ya.
Luego se extrañan del descrédito social que suman los partidos, principalmente aquellos que por mayor acceso al poder acumulan más casos investigados, en proceso judicial o sentenciados de corrupción. Solo miran para el otro lado cuando les concierne aunque se lancen feroces a denunciar lo de los demás, únicamente ven la mierda ajena pero ignoran la que les cubre, cuando para los ciudadanos lo ejemplar sería ver cómo la beligerancia hacia la corrupción debiera ser de la misma intensidad o más hacia la mierda propia que hacia la ajena para recobrar una autoridad moral que han perdido absolutamente.
A mí, que desconfío de los partidos en general, de todos ellos, me parece que esa actitud condescendiente con la corrupción propia (hasta que no queda más remedio y entonces hacen el numerito de la expulsión y de renegar de ellos con la sentencia firme) responde a la necesidad de cortocircuitar la mierda evitando que siga hacia arriba. Prefieren amparar, dar cobertura, buscar salidas honrosas o hasta buscarles sitios donde pasen más desapercibidos ante el miedo de que una actitud más radical hacia los corruptos les ponga en el punto de mira de las declaraciones de dirigentes que se vieran abandonados, traicionados, por el partido, y todo porque la mierda, en muchos casos, ya está arriba, también y los dirigentes tampoco tienen la fuerza moral de atajar por las bravas cualquier asomo de corrupción.
Por eso creo que el "teorema" de Fontdevila acierta de pleno y nos muestra el verdadero carácter de los partidos políticos, su falta de autocrítica real, su deriva absoluta que ha logrado el mayor porcentaje de rechazo en las encuestas y su descrédito absoluto.
Ya sé que he mencionado al PP y al PSOE en concreto al comentar lo dicho por sus dirigentes, pero pongan las siglas que quieran porque la forma de actuar ante la corrupción es bastante pareja en todos ellos a poco que se desvelan casos de corrupción que les afecta.
+
Pongo la viñeta y el enlace porque eldiario.es no está integrado en los medios que reclaman participar de la llamada tasa Google:
No hay comentarios:
Publicar un comentario