Hoy hace veinticuatro años que me casé y recuerdo con bastante detalle todo lo que sucedió aquel viernes de agosto que culminó con la ceremonia religiosa en el Santuario de la Virgen de las Cruces, cuando todavía mis creencias se conservaban lo suficiente como para creer que era el sitio y la forma más adecuada de comprometernos. Pero lo cierto es que mientras mi vínculo con la religión se ha ido debilitando hacia el descreimiento la decisión de casarme ha sido, posiblemente, la mejor que he podido tomar en mi vida.
Es curioso pero aquel día no estuve nervioso ni un solo segundo, tan relajado que una de las invitadas, ya arreglada para la ocasión, se sorprendió al verme por la calle Prim, aún con un pantalón de deportes y una camiseta, faltando algo más de media hora para subirme en el coche que me llevaría a Las Cruces o que dos de mis amigas estuvieran esperando en casa sorprendidas de que no hubiera aparecido todavía. Pero ducharme y vestirme para la ocasión tampoco me llevaría tanto tiempo y la verdad es que aparecí como un pincel, a la hora pactada, para esperar a la novia y el padrino a pie del patio exterior del Santuario.
Cuando en alguna ocasión esporádica vuelvo a ver el vídeo descubro que ambos estamos relajados, sonrientes todo el tiempo, felices, como si entonces estuviéramos seguros de que todo nos iba a ir tan bien como ha sido después. Evidentemente solo es una percepción subjetiva conocido ya después todo lo que hemos vivido desde entonces.
Pero aquí estamos, veinticuatro años después, habiendo sido afortunados y felices en todo ese trayecto vital, celebrando aquel día como todos los demás que hemos compartido.
Felicidades por esos veinticuatro años.
ResponderEliminarEl año próximo las bodas de plata, aunque mas que un número, imagino que serán años de buenos y a veces malos momentos vividos, pero sobre todo lo que queda es haberlos vivido junto a la persona que comparte esos momentos.
Gracias, tienes toda la razón.
EliminarFELICIDADES, que siempre os vaya asi de bien.
ResponderEliminary que podais celebrar la boda de platino.
MUCHAS FELICIDADES.
ResponderEliminarAunque hayas perdido la fe, seguro que la Patrona ha estado con vosotros en todos estos años de matrimonio. Te lo aseguro.
Feliz camino hacia las bodas de plata.