Hacía mucho que no dedicaba tiempo a la hemeroteca pero hoy me apetecía curiosear y me he encontrado con este recorte que se inicia así:
"El tristemente famoso paso a nivel de "La Hoya", encrucijada de caminos y ferrocarril, donde han tenido lugar luctuosos y lamentables accidentes, ya tiene guardabarrera."
Hasta aquí todo normal, pero seguimos leyendo:
"Nuestra campaña de Prensa, acogida con el beneplácito general de autoridades y pueblo pero también ¡ ay ! con la repulsa de algún representante de "Renfe", al fin ha sido coronada con el éxito."
Pero lo curioso viene a continuación, y es que la solución es solo provisional y fruto de la generosidad de un particular, algo que ni tan siquiera ahora sería posible no por falta de mecenas sino porque se consideraría una intromisión y se perseguiría ley en mano.
Renfe siempre fue algo dejada en algunas de sus responsabilidades y el relato no deja de ser una historia moral que merece destacarse y que sucedió en los últimos meses del año 1958. Y el artículo concluye de una manera que me parece magistral aunque no he logrado averiguar si, de verdad, terminó aprendiendo a quien iba dirigida la lección:
Y es que ni las muertes en ese punto negro parecieron hace reaccionar a quienes debían evitarlas.
Mi padre-Luis Fernandez-calvillo trabajo ahi de guarda barrera.Recuerdo ir a llevarle la comida.
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