AQUELLAS ELECCIONES MUNICIPALES DEL 83 (Página nº 2362)

De nuevo Jesús María Cencerrado cuelga un sinfín de fotos en Daimiel en el Recuerdo y no puedo más que quedarme con las fotos de tres de las candidaturas en las Elecciones Municipales de 1983 (falta la del PCE), precisamente las primeras de índole local en las que pude votar y con ello tomar parte en la decisión de quienes nos gobernarían.

Es curioso pero en aquellas elecciones, además de un 72,66% de votantes sobre un censo total de 11.774 personas con derecho a voto no se registró ni un solo voto en blanco y ni un solo voto nulo, lo que da cierta idea de cómo se tomaba la ciudadanía esto de votar en libertad: participación y ninguna excentricidad.

Al repasar las fotos recuerdo casi todos los nombres, incluso los de algunos que no alcanzaba a rememorar bien como componentes de aquellas candidaturas, y en las que curiosamente hay presencia femenina mínima en todas menos en el PSOE. Y creo que dichas fotos son bastante significativas de lo que representaban política y socialmente los miembros de cada una de las candidaturas concurrentes:

API -   4.785 VOTOS - 55'93% - 10 CONCEJALES

PSOE -    2.434 VOTOS - 28'45% - 5 CONCEJALES

AP-PDP-UL - 941 VOTOS - 11% - 2 CONCEJALES

El PCE consiguió 395 votos, un 4'62% de respaldo y quedó sin representación.

Como ven, con otra distribución ideológica, la misma cantidad de concejales que tienen los grupos municipales actuales.

Yo acudí a votar con ilusión, nervioso, creyendo en la importancia de un voto al que ya tenía derecho. Con mi carnet de identidad y mirando varias veces las listas de fuera para no equivocarme llegué hasta la mesa electoral, casi a última hora de votación, para cerciorarme de que allí había acudido mucha gente ya, y deposité mis papeletas como si viviera un acto trascendental. Es lo que tiene haber cumplido veintiún años y creer que un voto puede cambiar el mundo.

Quizá luego vinieran los desengaños, el desencanto, aunque solo dejé de votar en las del 91 por un accidente laboral. Pero lo cierto es que ya no siento ni de lejos lo mismo, he relativizado el poder de cualquier voto y sobre todo del mio, y la política local dejó hace tiempo de ser ilusionante al igual que la democracia que nos hemos fraguado ya solo despierta mi decepción.

Pero recuerdo aquellos días con especial ilusión, plenos de entusiasmo, conscientes la mayoría del valor que tenían esos tiempos de libertad y compromiso para un futuro distinto y mejor. Y solo por eso me apetecía volver a esas imágenes, a la remembranza de aquella época ya tan distinta.