Yo ya lo tengo. Se trata de un Cuaderno de Campo sobre "Las Tablas de Daimiel", encuadernado a mano, con una tirada limitada a 100 ejemplares y con imágenes de Río Rojo sobre papel pues el objetivo es que cada persona que lo posea pueda completarlo con textos, anotaciones, poemas, de modo que quede convertido en un ejemplar único capaz de conjugar la visión del fotógrafo con las sensaciones que cada uno tengamos ante este espacio singular a través de esas imágenes o la memoria que guardamos sobre el humedal manchego.
No es, pues, un álbum de fotos al uso, es un espacio abierto a la imaginación, la memoria, los sentimientos, un territorio por escribir que podemos regalar o con el que podemos regalarnos, elaborados en encuadernación japonesa uno a uno por el propio Río Rojo para provocar, estimular, que lo completemos.
Mi primera sensación, desde luego, ha sido esa, la de poseer en mis manos algo más que un regalo, una invitación a adentrarme en este espacio audaz para sacar de mí lo que todas esas imágenes me transmiten, hasta el punto de que ya he decidido, después de muchos años sin hacerlo, en un nuevo poemario que escribiré sobre esas páginas hasta culminar ese libro de un único ejemplar, como aquel primero que escribí y que mis amigos, entre los que estaba el propio Río Rojo, editaron artesanalmente hace en estos días 25 años y que guardo con auténtico celo.
Y desde aquí, claro, animo a quienes se vean seducidos por esta propuesta a que se lance a completar este cuaderno de campo sobre Las Tablas de Daimiel o a regalárselo a aquellas personas que sepan darle uso a este lugar que llama a las palabras.
Os dejo, porque así lo he descubierto yo, el vídeo que Río Rojo ha colgado en youtube, y prometo que si culmino mi deseo de transformarlo en poemario lo compartiré aquí con todos vosotros:
¡Ah, no llevo comisión!
Danos pronto un adelanto poético
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